jueves, 4 de diciembre de 2008

Ciclo económico o depresión permanente


A finales de los 90 y a principios del milenio era un lugar común entre algunos de los economistas más de moda que el carácter cíclico de la economía capitalista había sido definitivamente superado y se había entrado en una fase de crecimiento infinito.

Pues bien, quizás tenían razón pero en el sentido contrario y hemos entrado en una fase del capitalismo en que se ha superado el carácter cíclico de las variables económicas para entrar en una fase de decrecimiento infinito.

Los economistas ya hablan de un lapso de dos años para "superar" la crisis. ¿En que basan sus argumentos?

¿Como va a reactivarse el consumo si las condiciones económicas no hacen más que empeorar, cada día hay mas parados y las finanzas públicas hacen agua por los cuatro costados?

¿Como se va a reactivar la inversión si el consumo no reacciona?

¿Qué significado tiene "tocar suelo"? ¿Existe un suelo? ¿Como funciona el rebote?

la varita mágica de la reactivación

Hasta hoy la varita mágica de la reactivación económica había sido el crédito. Ingentes cantidades de crédito en todas las formas y tamaños, a cual más apetecible, para estimular un consumo reacio a gastar. Pero el abuso de la magia, retrasando la crisis una y otra vez, a acabado precipitando una recesión galopante de unas proporciones inauditas, y ya no hay sortilegio que pueda con ella.

Una diferencia cualitativa fundamental respecto a otras depresiones es la Globalización, la habilidad del capital y la producción de desplazarse alrededor del globo sin restricciones.

La Globalización implica que las medidas anticíclicas tradicionales dejan de funcionar o tienen resultados inesperados. Los estímulos a la economía del R. U. en 1986 no consiguieron aumentar el PIB británico sino que aumentaron la inflación y las importaciones. La impresionante expansión del gasto público japonés en los 90 no sacó al gigante nipón del estancamiento sino que acabó hinchando los valores de Wall Street.

En condiciones de Globalización puede perfectamente ocurrir que los estímulos fiscales para reactivar la producción y el empleo "funcionen", pero en países distintos del nuestro.

Estimular el consumo mediante rebajas de impuestos o "cheques de estímulo" puede que estimule la producción en ... "China". Nada impide que las ayudas a las multinacionales del motor para que fabriquen nuevos modelos ecológicos se inviertan en .... el sudeste asiático.

Por otro lado la globalización y las políticas neoliberales han limitado, sino suprimido, la capacidad de maniobra monetaria de los países. Ya no podemos devaluar la peseta para estimular las exportaciones y frenar las importaciones, estimulando así la producción y el empleo autóctonos.

Si los desequilibrios presupuestarios generalizados, resultado de las medidas anticrisis, no consiguen reactivar la economía, se irá consolidado un estado de estanflación deflacionaria (deflación encubierta por una expansión monetaria fiduciaria) permanente y creciente que seguirá socabando el poder adquisitivo de pensionistas y asalariados, bloqueando el crédito, deprimiendo el consumo y profundizando aún más el estancamiento y la depresión.

En un mundo globalizado, un euro adicional en el bolsillo no significa que se gastará en comprar a una empresa española, generando empleo, sino seguramente a una china. Mientras no se reequilibren las condiciones laborales "globales" y se impida el dumping social y ecológico que defienden las multinacionales, las medidas "keynesianas" anticrisis carecen de su anterior eficacia.

La solución a la crisis

La capacidad productiva está íntegramente organizada para un tipo de producción para ricos que ha declarado la guerra al planeta. Sólo la redistribución de la renta y la riqueza podrá generar una demanda para un tejido productivo que se habrá de readaptar de pies a cabeza para cubrir las necesidades, "racionales" y sostenibles, insatisfechas y perentorias de la gran mayoría de la población.

Así pues, cualquier andamiaje para frenar la crisis sistémica exige una cimentación sólida que no es otra que la redistribución real de la renta y la riqueza. Se trata simplemente de que los trabajadores ganen lo suficiente para poder adquirir lo que producen. Las inyecciones monetarias, si no van acompañadas de redistribución, pierden casi inmediatamente su efecto estimulante en las condiciones actuales de deflación encubierta y se convierten en combustible de la estanflación.

Los organismos e instituciones internacionales deberán reconstituirse para hacer efectiva a nivel planetario la carta de los derechos humanos.

Hay que arrancar a la Organización Mundial de Comercio de las garras de las multinacionales para convertirla en una Organización Mundial del Comercio Justo que prohíba de raíz el dumping social y ecológico que nos ha conducido a la situación de sobreproducción y desastre medioambiental para el beneficio exclusivo y criminal de unos pocos ejecutivos sin escrúpulos enrocados en las poderosas cabinas de mando de las multinacionales.

Hay que bloquear cualquier transacción con los paraísos fiscales, verdaderas cuevas de Alí Babá de la riqueza improductiva arrancada a los productores explotados del planeta.

El Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional habrán de reconvertirse en instituciones de salvaguardia de un sistema monetario al servicio de la actividad económica sostenible y no al de la manipulación, el robo , el atesoramiento y la especulación.

Si no se procede pronto y masivamente en esta dirección, llegado el momento, la bancarrota norteamericana se hará realidad con el resultado de la huída masiva hacia cualquier otro depósito de valor distinto del color verde. Entonces habremos entrado de lleno en el peor de los escenarios "imposibles", tan imposible como todo lo que ha venido ocurriendo estos últimos meses.

viernes, 24 de octubre de 2008

Bretton Woods 1 vs Bretton Woods 2

El sistema de Bretton Woods hace referencia al régimen monetario internacional que imperó desde el final de la Segunda Guerra Mundial hasta comienzos del decenio de 1970.

El sistema de Bretton Woods es el primer ejemplo de unas negociaciones de orden monetario destinadas a regular relaciones monetarias entre estados soberanos. En principio, el régimen fue diseñado para combinar obligaciones jurídicas vinculantes a partir de un proceso multilateral de toma de decisiones conducido a través de una organización internacional, el FMI, dotado con limitada autoridad supranacional. En la práctica, el régimen inicial, así como su desarrollo posterior y su definitiva desaparición, fueron directamente dependientes de las preferencias y las políticas de su miembro más poderoso, los Estados Unidos.

Nunca antes la cooperación monetaria internacional se había tratado sobre una base institucional permanente.

Pero el sistema de Bretton Woods no se organizó para "solucionar" una crisis financiera, ni para "frenar" una gran depresión, o para "salir" de ella. El New Deal, pero sobre todo la gran destrucción de la guerra y el inminente peligro de revolución socialista en la posguerra, habían corregido, en cierta medida, las dos causas principales de la Gran Depresión: la gran desigualdad en la distribución de la renta y la crisis de sobreproducción.

La Administración Roosevelt, a partir de 1932-33, promovió varios programas para mejorar la situación de los desempleados, sacó adelante una legislación para la recuperación del sector agrícola, implementó la National Industrial Recovery Act que estableció incentivos y subsidios al sector industrial, la National Labor Relations Act que establecía unas relaciones laborales más justas, la Social Security Act que proveía seguro de desempleo y aseguraba las pensiones de los mayores, ... Todo eso gracias a que no se habían malbaratado los recursos públicos en salvatajes, "nacionalizaciones" de pérdidas ni compras de obligaciones basura.

En cuanto al factor primordial, la distribución de la renta, entre 1929 y 1948 la parte del total de la renta personal correspondiente al 5 por ciento de la población con ingresos más altos disminuyó de casi un tercio a menos de un quinto del total. Entre 1929 y 1950 la parte de la renta familiar total recibida en concepto de pagas, salarios, pensiones y subsidios de paro – básicamente la renta del ciudadano medio - aumentó del 61% al 71%. Aunque los dividendos, intereses y rentas aumentaron también globalmente, el porcentaje disminuyó del 22% al 12% del total de las rentas personales familiares.

Otros tiempos y otras mentalidades predominaban tras la hecatombe de la 2ª G.M. La reforma monetaria alemana de 1948 puede considerarse como una de las grandes proezas de la ingeniería social de todos los tiempos. La reforma se hizo en dos etapas: 1ª Conversión de la moneda y de las deudas en una relación de 10 Reichmarks por 1 DM. La conversión se hizo de tal forma que cada individuo podía cambiar "sólo" 600 RM por 60 DM (cada empresa podía cambiar "solo" 600 RM por cada empleado). Los restantes RM en circulación o en cuentas bancarias fueron bloqueados durante un tiempo después del cual se podrían cambiar a DM a un cambio inferior (1DM = 15,4 RM) lo cual implicaba un impuesto a los ricos. 2ª Creación del Lastenausgliche (compensación de cargas), un fondo social con cargo a una imposición sobre el capital (activos físicos y acciones) que se instrumentó forzando una hipoteca sobre estos bienes del 50% de su valor. El fondo se destinó a ayudar a los más desfavorecidos: huérfanos, lisiados, arruinados, ...

El primer Bretton Woods ratificó la posición preeminente alcanzada por EEUU y su voluntad de dirigir la escena económica internacional. El "estilo" yanqui, ha diferencia del británico del siglo anterior, se basaría en el establecimiento de instituciones internacionales destinadas a mantener la ficción de que lo que es bueno para las multinacionales USA, es bueno para el mundo.

Pero Bretton Woods I también significaba que el sistema se disfrazaba (Estado del bienestar) frente al peligro de revolución social y política, y se lanzaban proclamas para una reconstrucción de la economía mundial sobre bases y regulaciones más estables y justas, se canalizaban fondos para evitar la revolución en Grecia y Turquía y se instrumentaba el Plan Marshall para salvaguardar a Europa Occidental de las veleidades socialistas.


Diseño del sistema de Bretton Woods

La conferencia que dio nacimiento al sistema, que se celebró en la aldea de Bretton Woods, New Hampshire, fue la culminación de unos dos años y medio de planificación para la reconstrucción monetaria de la posguerra por parte de los Dep. del Tesoro del Reino Unido y los Estados Unidos. Aunque participaron las cuarenta y cuatro naciones aliadas, además de un gobierno neutral (Argentina), el debate estuvo dominado por dos planes rivales, elaborados, respectivamente, por Harry Dexter White de los EE.UU. y por John Maynard Keynes de Gran Bretaña. El compromiso que surgió en última instancia, era mucho más próximo al plas de White que del plan de Keynes, lo que reflejaba el poder de los Estados Unidos cuando la Segunda Guerra Mundial estaba llegando a su fin.

Aunque en un primer momento, las diferencias entre ambos planes parecía enormes - especialmente en lo que respecta a la cuestión del futuro acceso a la liquidez internacional - en retrospectiva son sus similitudes en lugar de sus diferencias lo que aparece como más llamativo. De hecho, hubo bastantes puntos comunes entre todos los gobiernos participantes en Bretton Woods. Todos convinieron en que el caos monetario del período de entreguerras había dado varias lecciones valiosas. Todos estaban decididos a evitar la repetición de lo que percibían como errores del pasado. El consenso básico entre todos ellos se reflejó directamente en los artículos del Acuerdo del FMI.

Cuatro puntos en particular se destacan

en general, los negociadores estuvieron de acuerdo en que el período de entreguerras había demostrado de manera concluyente los inconvenientes de la flexibilidad sin límites de los tipos de cambio. La flotación de los tipos de cambio de la década de 1930 habría desalentado el comercio y la inversión y alentado la especulación desestabilizadora y las devaluaciones competitivas. Sin embargo, los gobiernos se mostraban reacios a regresar a tipos de cambio fijos permanentemente según el modelo clásico del patrón oro del siglo XIX. Los políticos, comprensiblemente, deseaban mantener el derecho de revisar el valor de las monedas de vez en cuando según las circunstancias. De ahí que se buscó un compromiso entre las dos alternativas.

Lo que surgió fue el régimen de la "paridad ajustable". Los miembros estaban obligados a declarar un valor nominal (paridad) para su moneda y a intervenir en los mercados de divisas para limitar las fluctuaciones de los tipos de cambio dentro de los márgenes máximo y mínimo de una banda de fluctuación del uno por ciento por encima o por debajo de la paridad, pero también tenían la potestad, siempre que fuera necesario y en conformidad con los procedimientos convenidos, de modificar el valor nominal de la paridad para corregir un "desequilibrio fundamental" en su balanza de pagos.

Lamentablemente, el concepto de desequilibrio fundamental, aunque clave para el funcionamiento del sistema de la paridad, nunca se explicó en detalle - una notoria omisión que resultaría fatal a la larga para el sistema.

Si los tipos de cambio no iban a flotar libremente, los Estados requerían la garantía de un suministro adecuado de reservas monetarias. Los negociadores no consideraron necesario modificar el patrón oro de los años de entreguerras. La liquidez internacional consistiría en las reservas de oro o en las monedas convertibles, directa o indirectamente, en oro. EEUU, en particular, se oponía a modificar el papel central del dólar o el valor de sus reservas de oro, que en el momento ascendían a las tres cuartas partes de las reservas mundiales.

Los negociadores, sin embargo, se pronunciaron sobre la conveniencia de alguna fuente de liquidez alternativa para los países deficitarios. La gran pregunta era si esa fuente debería, según lo propuesto por Keynes, asemejarse a un banco central mundial capaz de crear nuevas reservas a su voluntad (lo que Keynes pensaba que podría llamarse BANCOR), o un constituir un simple mecanismo multilateral de préstamos como proponía el plan de White.

El resultado final fue un “pool” o piscina de monedas y oro, resultado de las distintas cuotas aportadas por los países participantes, de acuerdo con la importancia de sus economías. Los miembros podrían pedir prestado al FMI por un importe igual al de su cuota.

Los gobiernos se mostraron de acuerdo en remover los controles de cambios (prohibiciones de convertibilidad) y el bilateralismo de los años 30, para volver a un sistema de pagos multilateral.

En concreto, se prohibía a los países miembros, en principio, tomar medidas discriminatorias o establecer regulaciones sobre divisas, con sólo dos excepciones:

a) La libre convertibilidad se aplicaba a las transacciones internacionales corrientes solamente. Los gobiernos se debían abstener de regular las compras y ventas de divisas para el comercio de bienes o servicios. Pero se podían establecer medidas para la regulación de las transacciones de la cuenta de capital. De hecho, oficialmente se animaba a hacer uso de controles de capital frente las posibles desestabilización causadas por los movimientos de capitales a corto plazo ("hot money ")

b) El compromiso de la libre convertibilidad podría aplazarse si un miembro así lo decidiera durante un "período de posguerra transitorio". Los miembros que aplazaran sus obligaciones de la convertibilidad eran conocidos como países del artículo XIV mientras que los miembros que hubieran hecho efectiva la aceptación pasaban al estatus de países del artículo VIII.

4. Los negociadores acordaron la necesidad de un foro institucionalizado para dirigir la cooperación monetaria internacional. El FMI se constituía como el foro internacional para la cooperación internacional en temas monetarios. Los EEUU, con 1/3 del total de las cuotas con derecho a voto, se aseguraban un decisivo derecho de veto en todo el proceso de discusión subsiguiente.

El definitiva, el sistema creado en Bretton Woods, era un patrón de cambios oro complementado con un "pool" centralizado de oro y monedas nacionales y dotado de un nuevo sistema de tipos de cambio de paridades ajustables.

El papel central del FMI

En el nuevo esquema el FMI jugaba un triple papel central:

. Función reguladora administrando las reglas relativas al valor de las monedas y su convertibilidad.
. Función financiera, suministrando liquidez adicional en caso necesario.
. Función consultora, constituyéndose como un forum de cooperación entre los estados miembros.

Estructuralmente, el régimen combinaba un respeto por el principio de la soberanía nacional con un compromiso de responsabilidad colectiva respecto a las relaciones monetarias internacionales expresado en unas reglas comunes y en los poderes otorgados al FMI.

El papel hegemónico de los EEUU

Los negociadores pensaron que las reacciones monetarias tras la guerra serían estables, que el período transitorio hasta la "normalidad" sería corto y que los fondos depositados en el FMI serían más que suficientes.

En realidad fueron los EEUU los que asumirían el rol hegemónico monetario mundial.

La hegemonía estadounidense se ejerció principalmente de tres maneras:

. Un mercado relativamente abierto se mantuvo para la importación de mercancías extranjeras.

. Una generosa corriente de préstamos a largo plazo y subvenciones a través de:

a) El Plan Marshall (1948-1952) y otros programas de ayuda dirigidos a la recuperación de Europa amenazada por la revolución social. Gran Bretaña se declaró sin fuerzas para financiar la lucha anticomunista en Grecia y Turquía. Los EEUU condicionaron los préstamos a la restauración del libre mercado y en contra de la planificación indicativa o imperativa.

b) A través de la reapertura de Nueva York, mercado de capitales.

Una política liberal de préstamos fue creado para la provisión de fondos a corto plazo en tiempo de crisis. Dado que las reservas de la mayoría de los países estaban cerca de agotamiento y el Fondo de reserva de liquidez es manifiestamente insuficiente, el resto del mundo fue más que dispuesto a acumular dólares.

Dada la escasez de oro monetizado fuera de los Estados Unidos y las limitadas perspectivas en la producción de oro, América se convirtió en la fuente residual de liquidez mundial a través de los déficits en su propia balanza de pagos. Otros gobiernos con excedentes de Balanza de Pagos, estabilizaban sus tipos de cambio mediante la compra de dólares. Estados Unidos se comprometió a convertir sus dólares en oro a un precio fijo, de modo que el billete verde se convirtió en un perfecto sustituto para el oro.

Aunque multilateral en el diseño formal, el sistema de Bretton Woods en la práctica se convirtió rápidamente en un régimen hegemónico monetario centrado en el dólar, de la misma manera que el clásico patrón oro del siglo XIX se había centrado en la libra esterlina.

Lo que se denominaba "patrón cambios oro" en realidad era un patrón dólar.

Los Estados Unidos podían expedir la principal moneda de reserva mundial en las cantidades coherentes con sus propias prioridades, que no tenían porqué coincidir con las de los extranjeros tenedores de dólares pero que lo tolerarían siempre y cuando resultara beneficioso para ellos. De hecho, la historia del sistema de Bretton Woods habría de leerse como la historia de esta negociación.

De la escasez de dólares al exceso dólares

La cronología del sistema de Bretton Woods se pueden dividir en dos períodos: el período de "escasez de dólares ", que duró hasta 1958 aproximadamente, y el período de" exceso de dólares", que cubra el resto de década y media.

El término "escasez del dólares", fue simplemente una expresión para reflejar el hecho de que sólo los Estados Unidos eran capaces de garantizar un cierto grado de estabilidad monetaria mundial. En los años 50, los deficits de los EE.UU. registraron un promedio de unos 1,5 mil millones de $ al año. Estos déficits persistentes, suministraban la liquidez internacional y evitaban los antiguos conflictos por las reservas auríferas.

Después de 1958, sin embargo, el déficit persistente USA comenzó a asumir diferente coloración. Tras un breve superávit en 1957, debido a circunstancias especiales, la balanza de pagos USA alcanzó un déficit de 3,5 mil millones en 1958 y aún uno mayor en 1959 y 1960. Este fue el punto de inflexión. En lugar de hablar escasez, se comenzó a hablar de un exceso de dólar.

En 1958 las monedas de Europa volvieron a la convertibilidad abandonando el sistema de la "Unión Europea de Pagos", un mecanismo que permitía saldar los pagos entre los países miembros en un sistema de compensación multilateral (cada mes se calculaban los saldos comerciales bilaterales y se compensaban las deudas. Si un país A era deudor de B, y A era acreedor de C, C era el país que pagaba a B) y las diferencias finales se cubrían con financiación norteamericana. El sistema relanzó el comercio intra y extra-europeo en una época de escasez de liquidez internacional)

Posteriormente, el antiguo afán de los gobiernos europeos para obtener reservas de dólares se transformó en lo que parecía igualmente un ferviente deseo de evitar el exceso en la acumulación de dólares. Antes de 1958, menos del 10 por ciento del déficit USA había sido financiado con oro (el resto se financió con dólares). Durante la década siguiente, casi dos tercios del déficit acumulado implicaron transferencias de oro, en su mayoría a Europa. Bretton Woods estaba claramente bajo tensión.

El dilema Triffin (1960)

Para evitar la especulación contra el dólar, EE.UU. debería controlar o disminuir el déficit comercial. Pero esto generaría un problema de liquidez internacional. Así pues, para que haya liquidez (dólares) EEUU tiene que endeudarse.

A mediados de los años 1960, se iniciaron negociaciones para establecer una fuente de liquidez alternativa a los déficits norteamericanos, que culminaron en un acuerdo para crear los Derechos Especiales de Giro (DEG), un activo de reserva internacional.

Espera que los gobiernos con derechos especiales de giro en su lugar, cualquier futura amenaza de escasez de liquidez mundial podrían evitarse con éxito.

Pero la situación cambió a finales de los 60. De una escasez de liquidez internacional se pasó abruptamente a un exceso. A principios de la década se habían tomado una serie de medidas de defensa en un esfuerzo para contener crecientes presiones especulativas contra el dólar. Estos incluían una red de facilidades recíprocas de crédito a corto plazo (swaps) entre los bancos centrales, así como la ampliación de la capacidad de préstamo del FMI. Pero al final todo esto no resultó suficiente para evitar una pérdida decisiva de la confianza en el dólar.

La rigidez de los tipos de cambio

Una segunda fuente de tensión era la ambigüedad de la noción clave del desequilibrio fundamental. En la práctica, los gobiernos intentaban evitar la "derrota" de una alteración de valor nominal de sus monedas. La rigidez resultante de los tipos de cambio no sólo agravaba los temores de una posible escasez de liquidez mundial. También creaba incentivos irresistibles para los movimientos especulativos en orden a forzar devaluaciones o revaluaciones de los tipos de cambio.

El mayor problema era la superabundancia de dólares - más exactamente, el persistente desequilibrio entre los pagos de los Estados Unidos y el superávit de los países de Europa y Japón. Cada una de las partes culpó a la otra del desequilibrio. América opinó sus antiguos aliados podrían hacer más para reducir su superávit mediante la revalorización de sus monedas; los europeos y japoneses, por el contrario, sostuvieron que era responsabilidad de los Estados Unidos dar los primeros pasos para corregir la situación.

El final del sistema

A partir de 1965, EEUU se había lanzado a la guerra en el Sud Este Asiático y los déficits de nuevo se dispararon, mientras que los demás gobiernos se veían obligados a compras masivas de dólares para mantener sus paridades. Este aumento de la base monetaria se tradujo en fuertes presiones inflacionistas y potentes movimientos especulativos sobre los tipos de cambio.

Finalmente, EEUU cambió unilateralmente las reglas del juego. El 15 de agosto de 1971 suspendió la convertibilidad del dólar por oro. A finales del mismo año se había producido una amplia reestructuración de las paridades principales respecto al dólar. Sin embargo, la veda especulativa se había abierto y en febrero de 1973, según el llamado Acuerdo Smithsoniano, se pasó a la flotación generalizada.

El SMI de Bretton Woods había pasado a la historia. Se habría una nueva etapa. La etapa de la desregulación en la que la autoridad suprema pasaba a ser "el mercado" y el marco jurídico la ley de la selva de la Globalización.

A pesar de todo, el sistema monetario internacional no se colapsó como fue el caso en similares circunstancias durante los años 30. El mundo aceptó de facto el "exorbitante privilegio" (según denunciara Charles Degaulle) de los EEUU como emisor de liquidez internacional y empezó a desarrollarse el monstruoso armageddon financiero sobre las frágiles bases de esta confianza.

En la actualidad son los países del sur los que compran buena parte de los bonos del Tesoro norteamericano (entre el 80 y el 90% de estos bonos son comprados por extranjeros) , financiando sus déficits. Japón detenta 1,2 billones de $ pero China ya se acerca al billón. Corea del Sur, Singapur, Méjico, Brasil, Rusia, lo países exportadores de petróleo, ... son los compradores habituales de las emisiones de deuda norteamericanas.

China, a parte de los bonos del tesoro, posee la mayor reserva mundial de dólares (2 billones) equivalente a 2/3 de su PIB anual. China se ha convertido en el principal soporte del dólar por la cuenta que le trae. La caída del dólar significaría que China ha estado vendiendo su producción a EEUU a cambio de papelines. De ahí que acuda obedientemente a cada nueva emisión del Tesoro. Japón y Rusia mantienen el segundo y tercer puesto en reservas acumuladas de dólares.

En estas condiciones, EEUU, no sólo no para de endeudarse sino que es el principal importador de capitales externos para la investigación, recapitalización de sociedades, ... y además se mantiene el primer puesto mundial como inversor en el extranjero.

Debilidad del Euro


El euro ha mostrado mayor fortaleza que el dólar en términos de tipos de cambio. Su valor de mercado ha escalado desde un mínimo de 0.83$ a mediados del 2002 hasta 1.60 $ a mediados del 2008. Pero lo que realmente importa no es tanto el precio de una divisa sino su uso como medio de cambio, unidad de cuenta, o reserva de valor. Incluso las actuales turbulencias financieras no han sido suficientes, de momento, para que el € desplace al $ en las preferencias de los usuarios internacionales.

La internacionalización del euro se ha limitado a los países geográfica o institucionalmente próximos a Europa - los nuevos miembros de la UE, estados candidatos a la integración, países nórdicos y países africanos -. El euro no ha pasado pues del estadio de moneda "regional".

El euro, a pesar de la fortaleza actual, es una moneda compartida por países que en lugar de converger están en proceso de aumentar su divergencia. Desde 1995, cuando las cotizaciones de las monedas quedaron completamente fijas al ser sustituidas por el €, Alemania ha registrado superávits comerciales crecientes (6,2% dek PIB en 2007) a costa de los países del mediterráneo (déficit comercial español 9,2%, déficit griego 14%), situación que en las circunstancias de ajuste actuales no hará más que agravarse, puesto que los intereses monetarios del grupo de países en recesión aguda ("PIGS", por Portugal, Irlanda, Grecia y Spain) chocan de frente con los países menos afectados.

Como rival del dólar, la moneda europea tiene notables desventajas estructurales. Se trata de una moneda manejada conjuntamente por más de un estado. La eurozona es una construcción artificial carente de una autoridad única, equivalente al gobierno de un estado único soberano. Aunque se creó una autoridad monetaria europea, el Banco Central Europeo, no existe en cambio una estructura o autoridad fiscal unitaria, ni un presupuesto federal. Se trata de una moneda sin país, el producto de un tratado internacional que depende de la cooperación de los participantes que quizás funcione en tiempos normales pero que muestra alarmantes síntomas de desconexión en épocas de crisis.

La carrera por emanciparse del dólar


China ha reciclado parte de sus excedentes invirtiendo en África y prestando en condiciones mejores que el FMI. Ha participado en la creación del Fondo Monetario Asiático, lanzado en 2007 con Japón y Corea del Sur, dotado de 8.000 millones de $, con el objetivo de l solidaridad financiera y emanciparse del FMI.

En América Latina se ha creado el Banco del Sur, que reúne a Argentina, Brasil, Bolivia, Ecuador, Paraguay, Uruguay y Venezuela, con el objetivo de facilitar la financiación de infraestructuras al margen de las instituciones de Bretton Woods.

Por su parte Argentina y Brasil pagan sus compras recíprocas en moneda local marginando al dólar.

Bretton Woods 2
?

Titular a la reunión apresurada del grupo de los 20 de mediados de noviembre, Bretton Woods II, cuando de lo que se trata, de momento, es de poner parches y tapar vías de agua, es cuanto menos, ridículo.

No existe aún la voluntad de buscar soluciones estructurales en profundidad y mucho menos de plantearse soluciones sistémicas cuando en la práctica és el sistema mismo el que ha entrado en quiebra.

De nuevo, ante el descalabro general, puede que el sistema capitalista busque disfrazarse con los ropajes de la moderación, la "regulación", la "supervisión" y quizás llegue a plantearse una moderada redistribución de la renta. Eso sí sería repetir Bretton Woods I, pero todo indica que los acontecimientos corren mucho más deprisa que la reflexión sobre ellos.

Así pues lo que puede esperarse del "Bretton Woods II" de noviembre es una patética declaración de intenciones y a esperar ha ver si se calma el pánico, suben las bolsas y de vuelta al "business as usual".

Link: Benjamin J. Cohen: Bretton Woods System